La idea de postear sobre esto me la dió un
amigo, que al comentarle la idea, me sugirió inmediatamente que posteara algo sobre el tema y me pareció bien hacerlo.
Antes que nada, no voy demasiado a la cancha. No porque no me guste, al contrario, lo disfruto muchísimo. Pero por diversas razones (precio, inseguridad, tiempo, razones morales y políticas, que no voy a desarrollar acá, etc) no voy tan seguido como me gustaría. Apenas 3 o 4 veces al año, en promedio.
Sin embargo, creo que como voy desde los 8 o 9 años, tengo cierto conocimiento de cómo son los usos y costumbres del día que se va a la cancha, de todas esas tradiciones y leyes no escritas que hay en cuanto a qué se hace y qué no el día del partido, antes, durante y después.
Antes
Por lo general, si querés llegar cómodo, sin hacer cola, conviene ir, por lo menos, una hora antes del partido. De esa manera, llegás tranquilo, te sentás donde querés -si vas a la popular- o en tu lugar correspondiente, sin llevarte sorpresas -si vas a la platea-, y si tenes suerte y el clima acompaña, podés ver el partido de reserva para pasar el tiempo. En la previa, hay mucha gente dando vueltas fuera del estadio (llámese vendedores ambulantes, policía -de la montada y de la otra-, hinchas, muchos hinchas, que van y vienen, algunos caminando en familia, otros solos y otros a las corridas, de los locales y de los visitantes.).
Adentro, sólo algunos pocos se acomodan. En la popular ya hay gente que cuelga sus trapos de todos los fines de semana, tanto del local como del visitante. Dato cómico: si las hinchadas no se llevan bien, en este punto, ya se están diciendo cosas de lo más ocurrentes, y se escucha fenómeno, por la poca gente y con el estadio haciéndo eco. Suele suceder más seguido si no hay partido de reserva. Es entendible, la gente necesita algo en que entretenerse.
Antes o después de esto, la voz del estadio hace su aparición, con un fuerte "Aaaaaatención", tras lo cual da la bienvenida y nombra al club, sus méritos, y la gente que va llegando, aplaude, eufórica. Luego, la misma voz, anuncia que se pasará el himno del club, el cual la gente vuelve a aplaudir, orgullosa.
Durante
Estadio lleno, banderas, humo y grito ensordecedor desde la popular. Las plateas acompañan tambien, con menos accesorios pero con el mismo aliento.
Infaltable al momento del ingreso de la estimada y no tan bien ponderada terna arbitral, la cual es insultada hasta el hartazgo, refiriéndose a sus madres, hermanas, y también acusándolos de hechos punibles por la ley, y quizas, el único momento donde las dos hinchadas se unen para lo mismo. Cuando ingresa el equipo visitante, de nuevo, si las hinchadas no son amigas, es común y hasta obligatorio chiflar a lo loco, agregando en el medio cualquier insulto referido a ese club de morondanga. La voz del estadio nombra a los jugadores visitantes, y provoca el chiflido y algún insulto por parte predominante del estadio. El ingreso del querido equipo local es recibido con aliento, de esos que unen a todo el estadio, con humo y bombas de estruendo por parte de la popular local. La voz del estadio, nuevamente, aparece, anunciando la formación del querido club, donde, otra vez, produce los aplausos de la parcialidad local.
El partido se desarrolla, de esa forma que sólo nos tiene acostumbrado el fútbol. Los nervios que se viven en la cancha, no se comparan con verlos por la tele o escucharlos por la radio. Uno se sienta y se para como loco si esta en la platea, y salta sin parar en la popular. Los tiros al arco, aunque no pasen tan cerca, provocan un tremendo "UUUUUUH!!" de la gente, con las manos en la cara o la cabeza, infaltables. Si algún jugador del equipo hace una tremenda jugada, o dan 5 o 6 pases seguidos, hacen que la gente aplauda y grite "OLEEEE", o algún "BIEEEEN". Si un jugador del equipo se tira al piso, es falta, y es para amarilla o roja. Esto es así y no se discute. La gente grita como desaforada "EHHHHHHH!!". Si el árbitro no cobra nada, la gente inmediantamente empieza a insultar nuevamente al mismo. Esto se produce innumerables veces durante los 90 y tantos minutos de partido.
En la popular la gente se divide entre la barra y los hinchas comunes y corrientes. La primera lleva los trapos mas grosos, las bengalas, las bombas de estruendo y los bombos, ademas del humo. El resto, acompaña con banderas mas humildes y con papelitos, pero con el mismo aliento.
Lo más raro es lo que pasa en la platea. Ahí es donde un psicólogo se empacharía por las diferentes reacciones que vive la gente. Durante el 1º tiempo, si las cosas van empatadas, la gente aplaude y apoya cada jugada del equipo, por más intrascendente que ésta sea. Esto aumenta si el equipo pasa a ganar, y mas aún si golea. El tema es que cuando pasa a perder, o en su defecto, sigue empatando en el 2º tiempo, la gente pasa a criticar cualquier acción, tan intrascendente como las del 1º tiempo. Un "bien pibe, bien!!!" o un "así Germán, vamo'!!", pasan a ser, unos minutos después en "que hacés pibe??? a quién se la diste?", o en un "dejáte de joder Germán!!!, che (nombre del DT) sacalo de una vez que esta jugando para la m...".
Estos cambios de humor tan solo provocados por un gol del visitante o por el paso del tiempo, también generan alguna que otra discusión entre los plateístas, ya que aunque algunos perdieron la paciencia y empiezan a manifestarla, otros aun la conservan y siguen apoyando al equipo. Esto hace que, por ejemplo, el viejo sentado en el asiento de la fila 3, asiento 22 empieze a discutir con el del 8-23, y dejen de mirar el partido, solo por el gusto de pelearse con alguien y así descargar los nervios. El equipo puede haber hecho una jugada increíble, o incluso meter un gol, y los tipos se lo pierden por meterse en estas discusiones sin sentido.
Si al equipo le esta yendo mal, obviamente la descarga es con: el referí, que cobra siempre en contra y forma parte de un complot a nivel nacional con la escuela de árbitros, los equipos mas poderosos y con la AFA que juntos arman un plan contra el querido equipo de toda la vida; el DT, que es un energúmeno sin cerebro, que pone a cualquiera en la cancha y no sabe nada de táctica, por mas que tenga un currículum más que bueno para dirigir al equipo; algún jugador que hace rato juega mal, más aun si viene de otro club, el cual es un incapaz, no tiene derecho a jugar mal, y debería dedicarse a otra cosa, por ser tan inútil para el fútbol como un daltónico para pilotear un avión. Si el equipo viene bien pero pierde, la gente banca a su DT y a sus jugadores, pero la puteada al referí se mantiene. Si gana, las flores y aplausos hacia sus muchachos no tienen fin, y pasan a ser todos cracks que deberían tener una chance en la selección nacional, y el DT es un maestro de la táctica, un genio motivador de este plantel, un erudito del deporte.
Después
La voz del estadio anuncia su último mensaje: la parcialidad local deberá esperar 5/10/15 minutos hasta que los visitantes se retiren. Esto casi nunca e cumple, las masas no hacen caso a estos pedidos y se dirigen a las salidas, aunque la policía siga ahí, con el vallado y los perros, que hacen que la gente termine saliendo 10 cuadras más lejos que desde donde entró. Los insultos a la policía son casi un clásico, sobre todo si el resultado final fue adverso.
El comentario entre la gente grande y la no tanto tras el partido se escucha, sin quererlo, y gente desconocida discute como si fuesen amigos de toda la vida, sobre lo bien o mal que jugó el equipo y lo que, si sucedió esto último, obviamante, debería haber hecho el DT y los jugadores para obtener la victoria.
El rejunte de clases sociales en la salida es tremendo y hasta chocante. Inconcientemente uno termina yendo a su casa por calles donde uno no tenía pensado transitar, solo por el hecho de que por ahí va gente como uno, y eso, por alguna razón, hace que te sientas mas seguro y cómodo. Si la vuelta es en colectivo o caminando, hace que te tardes un poco más o un poco menos. De todas maneras, el trayecto de vuelta siempre es mas largo que el de ida, por la cantidad de gente que hay que esquivar, por el cansancio y por la impaciencia de volver a casa.