Veinte años después de aquel 26 de abril de 1986, cuando el reactor número cuatro de la central de Chernobyl estalló, millones de personas siguen sufriendo los devastadores efectos, económicos, sociales y ecológicos, de la mayor catástrofe de la historia nuclear civil.
La central, orgullo de la industria ex soviética, estaba en Ucrania, cerca de la frontera con Belarús, ambas por aquel entonces parte integrante del todavía imperio soviético.
La explosión produjo una nube radioactiva de gran intensidad que contaminó gran parte de Europa.
Durante casi un mes, Moscú mantuvo un completo mutismo antes de decidir la evacuación de 135.000 habitantes de la zona.
A continuación envió a unas 600.000 personas, entre bomberos, civiles y soldados, que fueron apodados los "liquidadores", para construir un sarcófago en el que encerrar herméticamente el reactor dañado durante al menos 20 o 30 años.
Por aquel entonces se presagiaron decenas de miles de muertos que, sin embargo, un balance hecho público por la ONU en septiembre de 2005 redujo a 4.000 en Ucrania, Belarús y Rusia debido a cánceres aparecidos a consecuencia de las radiaciones de Chernobyl.
No obstante, ese balance recibió fuertes críticas, como las del grupo ecologista Greenpeace, que lo tachó de campaña de desinformación "insultante para las víctimas".
Un estudio realizado por científicos británicos y difundido el 11 de abril último en Kiev cifró el número de muertes relacionadas con Chernobyl entre 30.000 y 60.000.
Un lugar muerto
El impacto de la contaminación nuclear sobre la salud mental y física de la población afectada también fue muy serio, sobre todo porque cinco millones de personas siguen viviendo en las zonas radiadas.
"Al principio teníamos miedo de nosotros mismos; se decía que estábamos sucios y así nos sentíamos", recordó Liubov Sirienko, que tuvo que reconstruir su vida en otro lugar tras ser forzosamente evacuado de la zona cuando tenía 42 años.
Además, dos décadas después de la catastrofe, las regiones afectadas siguen social y económicamente devastadas.
Un total de 350.000 personas fueron evacuadas, 784.320 hectáreas de terrenos agrícolas pasaron a ser zonas prohibidas para el cultivo y en otras 700.000 hectáreas se prohibió la producción de madera.
El costo de la catástrofe ascendió a "centenares de miles de millones de dólares", según la ONU.
A esta situación hay que añadir que el sarcófago, lleno de fisuras, amenaza con ceder y debe construirse un "arco" hermético, cuyo coste sobrepasará los mil millones de dólares, según el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo.
Chernobyl no será una zona segura hasta "al menos, un siglo después de la construcción del arco", respondió Yulia Marussich, portavoz de la central.
Marussich precisó que el almacenamiento definitivo de las toneladas de desechos radioactivos existentes entre los escombros "no está previsto".
Los efectos de Chernobyl a largo plazo en el medio ambiente y la salud pública son también una incógnita.
Algunos expertos observaron ya un recrudecimiento de ciertas enfermedades, como el cáncer de tiroides, entre los adultos.
En cuanto a las consecuencias para el medio ambiente, "actualmente no vemos nada, pero podrían aparecer modificaciones genéticas en unos 50 años", concluyó Rudolph Alexahin, director del Instituto de Radiología Agrícola de Moscú.
Al respecto, el ex presidente soviético Mijail Gorbachov ha lanzado una campaña para recaudar fondos con el fin de mejorar el medio ambiente y ayudar a las víctimas del desastre nuclear de Chernobyl.
*Me parece que vale la pena recordar esta catastrofe. Un pais en decadencia como la Union Sovietica con centrales nucleares y su accidente, marcaban el final anticipado de ese imperio. Es un hecho que quedara en la historia y que a mi, particularmente, me marca mucho por haber pasado un par de meses despues que naci. Recordemos que la energia nuclear y sus desechos son peligrosisimas en manos equivocadas.